No soy indepentista, pero...

Una de las victorias de este separatismo, es que ha conseguido que hasta los que no son independentistas tengan que disculparse por no serlo. Han logrado extender su virus de tal modo que han vuelto el mundo del revés. Así, aquel que no se haya integrado en el delirio separatista tiene que disculparse por no serlo o lo que es peor; encuentra todo tipo de excusas para comprender al que lo es.

Resulta difícil vivir bajo la presión constante del nacionalismo. Todo lo inunda y se filtra por cada resquicio. Se hace creer que es lo natural. Si eres progre, moderno, enrollado... entonces eres separatista. Si no eres separatista de entrada eres facha y además anticuado, antipático, rancio, autoritario... Está claro que a todos nos gusta que nos identifiquen como enrollados y simpáticos. No solo eso, sino que posicionarnos al otro lado puede aislarnos y marcarnos. Es muy difícil elegir voluntariamente ser el apestado. No digamos ya ser el facha, sobre todo porque todo lo negativo del ser humano se identifica en Cataluña y desde buena parte de la izquierda en España con ser facha.

Es decir, hemos llegado a un punto en el que no hay españoles buenos. No hay español que no persiga al homosexual, no hay un español que no sea un corrupto, no hay un español que no sea un chapucero y un vago... Si te sientes español, inmediatamente pasas a ser sospechoso de algo negativo.

El separatismo es como una religión, crea dogmas, dogmas de fe. Nace de la mentira y se alimenta de patrañas que distribuye insistentemente, como lo hace el golpeo de un martillo que abatana la lana. Y una de las mentiras cuyas llamas alimenta con insistente carbón, es la de que todo lo malo viene de lo no nacionalista, y sobre todo de lo español. Y ello aunque el independentismo replica lo peor de cualquier sociedad, incluida la española, corregido y aumentado.

Fruto de esa criminalización insistente, con todos los medios de catalanes comunicación al servicio de la causa, la presión hace que el que no es separatista termine sitiéndose culpable por no serlo. Una semana viendo solo TV3

Así oímos frases del tipo "No soy separatista, pero...
- ... es que Rajoy es una fábrica de independentistas.
- ... es que el Gobierno no ha hecho nada.
- ... es que el Gobierno no ha dado otra opción.
- ... es que habría que acabar con el gorroneo de Andalucía y Extremadura.
- ... es que cómo están los Cercanías.
- ... es que no se puede pegar a la gente por votar.
- ... es que no se puede encerrar a políticos por hacer política.

Como si lo del separatismo y su adoctrinamiento viniera de hace dos días y no de hace décadas, independientemente de Zapateros, Felipes Gonzalez o Rajois. Como si al Gobierno le hubieran dado otra opción distinta que la de comerse sí o sí, un referéndum ilegal, como si repartir la riqueza con quien menos tiene hubiera que explicarlo, como si tuvieran cercanías en todos los sitios, como si la gente que fue a los colegios electorales no supiera a qué iba y lo que podía pasar, como si un político no debiera ir a la cárcel como cualquier ciudadano que incumple la ley. Que al final va a estar más penado conducir a 180km/h que gastar millonadas de euros en ilegalidades, partiendo familias, echando a empresas, enfrentando a comunidades y llevando a la ruina a Cataluña y por ende a España. Como si saltarse todas las leyes fuera tan inocuo como cambiar cromos a la puerta del colegio.

Pues no, ser español no hay que justificarlo ni explicarlo. En todo caso el separatista es quien debiera justificar su deseo de volver a una economía de trueque y subsistencia, llevándose todo por delante. No tienes que justificarte, no hay peros.

Y sin embargo, buena parte de las iniciativas o movimientos grupales que salen contra el nacionalismo empiezan sus mensajes indicando que no están a favor del Gobierno, que habría que cambiar la Constitución... Parece que el que se posiciona en contra del separatismo primero tiene que poner algún pero o cagarse en algo español como para darle validez a su postura. Como que hay que aclarar que no se es un facha. Manifiesto: "1-octubre estafa antidemocrática".

Pues no, si hay algo intrínsecamente dañino es el independentismo. 

Ahora ya manda la izquierda. ¿El separatismo ha frenado? ¿Se muestran dialogantes? ¿Prefieren seguir la legalidad? ¿En TV3 son neutrales? Más vale que dejemos de ser cándidos y de dejarnos confundir.